Los criterios son los mismos para personas verbales y no verbales en el espectro del autismo.
Todas las personas autistas tienen dificultades con la comunicación, las conductas repetitivas y los intereses restringidos, y las habilidades sociales.
Las dificultades con la comunicación ocurren incluso en personas autistas con habla precoz; es posible que puedan hablar, pero a menudo no entienden el significado y luchan por expresar sus ideas, la comprensión de las sutilezas del lenguaje no siempre está bien desarrollada. Y la comunicación implica mucho más que discurso.
En adultos más verbales, lo que más nos cuesta es la comunicación social, combinando el lenguaje y las habilidades sociales en un área de dificultad mayor.
Nuestras fascinaciones (intereses restringidos) son a la vez una dificultad y una fortaleza: podemos ser rígidos en todo tipo de cosas y preferir ser absorbidos por nuestros intereses, pero al mismo tiempo podemos centrarnos extremadamente bien en un área de manera que otros realmente puedan (creemos de manera diferente) que nos puede dar una visión creativa y la capacidad de llevar un tema mucho más allá que otra persona, y, de hecho, ser extremadamente flexible acerca de cómo nos acercamos a él.
Uno de los problemas principales para todas las personas autistas es nuestro procesamiento sensorial: experimentamos el mundo de muchas maneras diferentes y tan intensamente que puede ser difícil manejar algunos entornos. Todos podemos reaccionar muy fuertemente a la información sensorial, dependiendo de cómo la procesamos y, aunque algunos de nosotros podemos aprender a enmascarar muchas de nuestras respuestas, son un síntoma principal de cómo somos.
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