Algunas personas les gusta tener control sobre sus registros (médicos), su trabajo de laboratorio es parte de eso.
En los viejos tiempos, tu doctor mantendría esos registros para ti, hoy en día todavía lo hacen, también lo hace el laboratorio donde se realizó, electrónicamente, por lo que prácticamente no tienes que hacerlo tú mismo.
Nosotros, como doctores, a veces necesitamos mirar hacia atrás para comparar los resultados actuales con los del pasado, de modo que si no conocemos al paciente y no podemos acceder a la historia clínica electrónica de, por ejemplo, su médico de cabecera, es bueno que el el paciente puede darnos los resultados, pero podemos obtenerlos del laboratorio que los realizó habitualmente por teléfono.
Hace unos días, nuestra hija necesitaba el resultado de su título de anticuerpos contra la hepatitis B, que se tomó hace muchos años cuando comenzó la escuela de medicina, en nuestro hospital, ya que ella necesitaba eso para su nuevo trabajo. A través de la secretaría de los internistas, la envié por correo electrónico a ella (y a mí) como serigrafía, de manera conveniente, demostrando que incluso para las personas que no padecen enfermedades, es importante que alguien guarde los resultados de nuestros análisis de sangre.