¿Cómo es ser un psicólogo de la salud?

Hay tres caminos cuando se trabaja a diario con el dolor de los demás:

1) Se agota, porque lo que le da a los demás proviene directamente de sus propios recursos, y esto no es sostenible.

2) Te endureces, porque tu corazón simplemente no puede seguir lastimando cada vez, y necesita protección.

3) Aceptas que duele, todo el tiempo. Se supone que debe. Cada vez que alguien comparte su abuso, trauma y cualquier otra de las cosas realmente terribles que las personas se hacen entre ellas y consigo mismas, lo sientes exactamente como es, y si es necesario, lloras un poco. Ofreces lo que puedes, ni más ni menos. Esto se llama ecuanimidad. Lo que ofreces puede moverse a través de ti, ser coloreado e inspirado por ti, ser enriquecido y animado por ti, pero siempre hay más porque no es de ti. Cuando termines, terminaste. No todos pueden ser salvados, y eso no es tu culpa. Cada individuo debe asumir sus propias responsabilidades, sin importar cuán injusto pueda ser. Sepa esto, y puede caminar por el camino intermedio entre el agotamiento y el endurecimiento. Practique esto, y trabajar con personas se convierte en una experiencia hermosa que lo llena, lo hace más brillante.

¡Todo lo mejor!