La mayoría de los científicos, pasados o presentes, no hicieron ningún descubrimiento “importante” en su vida académica. En su lugar, hacen pequeños pasos de progreso, que se convertirán en la base de futuros avances, agregarán retazos a la vasta biblioteca de conocimiento humano, y en ocasiones se verán obligados a publicar informes redundantes de sus trabajos solo para aliviar la presión de publicar.
En cuanto a Fredrick Sanger, es lo suficientemente brillante como para hacer algunos descubrimientos importantes y obtuvo el Premio Nobel dos veces, pero no es diferente de cualquier otro científico en dar pequeños pasos de progreso todo el tiempo. Vea una lista de sus publicaciones seleccionadas aquí: Frederick Sanger. ¿Dejó de progresar antes, entre o después de los años significativos de 1952, 1967 y 1977? Nunca. Él dilucidó la estructura detallada y las propiedades de la insulina, estudió la misma molécula en otros mamíferos, y así sucesivamente.
Dicho esto, es cierto que la presión para publicar (“publicar o perecer”) es perjudicial para la academia, como se señala en el ensayo vinculado y la pieza citada aquí. El párrafo siguiente sobre Fred Sanger expresa lo mismo:
Esto me pareció particularmente sorprendente dado que otro reciente ganador del Premio Nobel, Peter Higgs, que identificó la partícula que lleva su nombre, el bosón de Higgs, señaló de manera similar en una entrevista con The Guardian que “duda que se pueda lograr un avance similar en la actualidad cultura académica, debido a las expectativas de los académicos para colaborar y seguir produciendo papeles. Dijo que: “es difícil imaginar cómo iba a tener suficiente paz y tranquilidad en el clima actual para hacer lo que hice en 1964”.
Pero creo que esto es cierto para la mayoría de las industrias humanas, especialmente para aquellas que necesitan asegurar un financiamiento. Debes seguir recordándole a los demás que estás progresando bien, incluso a veces tienes que fingir. Algunas veces solo queremos tomar un descanso, sentarnos y pensar en cosas importantes, pero la mecánica de la empresa humana no lo permitirá.