La clave para entender esto es el hecho de que el corazón bombea sangre durante la sístole y que la sangre no puede retroceder durante la diástole ya que la válvula aórtica que se cierra justo después de la sístole no permite que la sangre fluya hacia atrás. Este mecanismo es cierto mientras te paras, te acuestas e incluso si haces una parada de mano. En la cámara del corazón derecho tiene la válvula tricúspide que se abre durante la diástole y la sangre regresa a la cámara del corazón derecho debido a una leve presión negativa.
Además, la aorta tiene mucho tejido elástico que permite que la aorta se ensanche a través de la sístole tardía, que vuelve a la posición normal durante la diástole, donde es responsable de la presión arterial diastólica (la presión entre latidos cardíacos). Todos estos factores trabajan juntos y mantienen su sangre circulando mientras viva con y en contra de la gravedad.