Los ganglios linfáticos sí se filtran, pero también devuelven fluido a la circulación que fluye de la sangre al intersticio.
Durante una lesión, se pierden líquido y sangre de los vasos hacia los tejidos. Este líquido es recolectado por los conductos linfáticos de todo el cuerpo, similar en muchos sentidos a los capilares, dirigido a los ganglios linfáticos regionales y, finalmente, drenado en las uniones de las venas yugular y subclavia. Los ganglios linfáticos se vuelven más prominentes cuando el cuerpo lucha contra una invasión o debido a una fuga excesiva de líquido. Es por eso que, después de una lesión o durante una enfermedad, puede sentir ganglios linfáticos en la axila, la ingle, etc.