La tos es una acción reflexiva que protege el tracto respiratorio (tráquea, laringe, bronquios y pulmones) al expulsar irritantes y patógenos antes de que puedan causar daño o causar enfermedades. Este reflejo también estimula una mayor producción de líquido mucoso y lagrimal (“lágrimas”) para una mayor protección.
El moco protege la capa interna del tracto respiratorio atrapando material extraño y patógenos y, cuando tose, los expulsa.
El líquido lagrimal protege los ojos, no solo al “enjuagar” partículas extrañas de la superficie de los ojos, sino también al proporcionar oxígeno y nutrientes a la córnea (que, al carecer de vasos sanguíneos, no tiene otra fuente de estos elementos esenciales). El líquido lagrimal también transporta lisozima, una enzima que descompone la membrana externa de las bacterias, eliminándolas antes de que puedan multiplicarse y causar infección, y expulsándolas.
Es realmente sorprendente lo que nuestros cuerpos están haciendo todo el tiempo, generalmente sin que ni siquiera lo notemos o lo pensemos.