La evidencia de vacunas que brindan inmunidad es abrumadora, desde la primera vacuna contra la viruela vacuna que protege contra la viruela.
Antes de que se apruebe el uso de cualquier vacuna, debe demostrarse que es efectiva para reducir la incidencia de la enfermedad. (Este no es el único requisito para una vacuna, pero es el que aborda su pregunta). Hay una variedad de formas en que se determina la efectividad, y en el proceso de aprobación, se usan múltiples métodos. El más simple de explicar es una prueba directa de efectividad. Se selecciona una población de personas que viven en áreas donde la enfermedad es endémica, pero que aún no han contraído la enfermedad. La población se divide en dos grupos, uno que recibe la vacunación y el otro no. Luego se monitorean los grupos y se comparan las tasas de enfermedad en los dos grupos. Si la vacuna es efectiva, la tasa de enfermedad en la población vacunada será menor (pero no se espera que sea cero por varias razones) que en el grupo no vacunado.
Para la mayoría de las vacunas, las tasas de enfermedad en la población vacunada serán cercanas a cero, mientras que la población no vacunada tendrá tasas de enfermedad que seguirán las tasas históricas. Esto demuestra claramente que la vacuna es efectiva para proporcionar inmunidad.