¿Puedes usar ácido salicílico para eliminar la tiña? ¿Por qué o por qué no?

Técnicamente, la respuesta es “probablemente”. Pero recomiendo contra eso.

El ácido salicílico tiene algunas propiedades antifúngicas y la tiña es causada por un hongo. Entonces la idea tiene algún mérito. Sin embargo, usado tópicamente, el ácido salicílico generalmente se usa para eliminar las verrugas y los callos convirtiéndolos en un tapón suave de lo que solía ser la piel que puede eliminarse fácilmente. Las verrugas y los callos causan un grosor extremo en la piel, por lo que es deseable descomponerlo en su mayor parte y lavarlo.

La tiña, por el contrario, está rompiendo tu piel. Si usa un medicamento que descompone la piel en un área de su cuerpo donde la piel normal (delgada) ya se ha dañado, los resultados probablemente sean dolorosos. Destruirás la piel ya dañada más rápidamente de lo que estarás inhibiendo el crecimiento de hongos.

Dado que otras drogas son más fuertes para combatir la tiña Y carecen de ese efecto secundario desagradable, realmente sugiero que sigas los tratamientos típicos.

El ácido salicílico es una forma de ácido que suaviza los callos y las verrugas y facilita su eliminación. Finalmente, el ácido salicílico también se clasifica como antifúngico. Esto significa que el ácido salicílico también puede tratar infecciones fúngicas como la tiña. Entonces sí

La respuesta es prácticamente SÍ. Somone me sugirió usar ácido salicílico mezclado con Dalda Ghee. Después de probar todos y cada uno de los medicamentos (incluso alopatía, homeopatía, ayurved y otros remedios caseros), lo intenté y obtuve resultados en una semana. Dentro de un mes, los gusanos de anillo desaparecieron.

No lo hagas

Tengo una experiencia horrible con el uso de ácido salicílico. Suprime la inflamación en el área afectada y, por lo tanto, la respuesta inmune se reduce y el hongo continúa diseminándose. Esto se denomina ‘tiña de incógnito’. Utilice una crema antimicótica como hidrocloruro de terbinafina, polvo de clotrimazol y / o pastillas antimicóticas orales como griseofulvina y fluconazol.