Las glándulas sudoríparas en la piel se nutren de la sangre que se suministra a la piel. Los vasos sanguíneos no se abren hacia “ellos”, para que la sangre se secrete en el lugar del sudor.
Los canales de proteína de sodio y cloruro liberan o secretan NaCl (sal) siempre junto con agua. Esto junto con desechos como la urea, etc. constituye sudor.
Los impulsos nerviosos del sistema nervioso autónomo provocan la secreción de sal y agua. Esto es a través de los conductos de las glándulas sudoríparas. Los vasos sanguíneos no se abren hacia los conductos sudoríparos.