Hay muchas razones por las que uno puede tener un paro cardíaco, uno de los cuales es una actividad eléctrica disfuncional en el corazón. La electrofisiología cardíaca es un campo de estudio completo en sí mismo, pero aquí hay algunos hechos relevantes:
El corazón requiere la contracción secuencial ordenada de las aurículas y los ventrículos para bombear sangre a través del resto del cuerpo. La contracción ordenada está regulada por la actividad eléctrica que comienza en la aurícula derecha, pasa a través del nódulo auriculoventricular y a los ventrículos. Esta actividad eléctrica es espontánea: sin estímulo externo, las células en el corazón se despolarizan espontáneamente y se contraen a un ritmo basal lento. Durante el paro cardíaco, el corazón no se detiene, sino que hay una actividad eléctrica desordenada que conduce a una contracción ineficaz y un flujo sanguíneo inadecuado.
Un desfibrilador es un dispositivo para pasar corriente eléctrica a través del corazón entre dos dipolos. Sin embargo, esto no es uniformemente útil. No todos los tipos de actividad eléctrica desordenada responden a las descargas eléctricas; los desfibriladores son particularmente útiles para la actividad eléctrica sin pulso, la taquicardia ventricular y la fibrilación ventricular.
Estas son arritmias significativas en las que no hay coordinación entre las aurículas y los ventrículos; los ventrículos se contraen de manera ineficaz y producen un flujo sanguíneo deficiente.
Cuando una corriente eléctrica pasa a través del corazón, la actividad eléctrica se detiene brevemente, lo que le permite “sacudirse” la actividad eléctrica ineficaz / inapropiada. Debido a que las diferentes células en el corazón se despolarizan espontáneamente y causan contracción, la parada momentánea de la actividad eléctrica permite que se active un nuevo ritmo.
Gran parte de esto se descubrió inicialmente en modelos animales de respuesta a descargas eléctricas. A fines del siglo XIX, Jean-Louis Prévost, un fisiólogo francés, descubrió que las descargas eléctricas pueden inducir e invertir la fibrilación ventricular en perros. Este descubrimiento fue luego traducido a humanos para tratar arritmias.