“Veneno” es un término común, con un amplio rango de significado, que desafortunadamente aparece en la ficción popular y en los relatos históricos como una sustancia específica. La imagen, ya sea de Walt Disney, o los Borgias, o “Game of Thrones” es de una botella etiquetada simplemente como “veneno”.
En realidad, CASI TODAS las sustancias, tanto naturales como sintéticas, tienen una concentración o dosificación donde pueden causar daño lento o rápido a un órgano o sistema, o interferir con la absorción de nutrientes esenciales, o simplemente prevenir la transmisión de señales entre nervios, causando parálisis o muerte. Esto puede incluir sustancias útiles e incluso esenciales, como la vitamina A, el hierro, el nitrógeno o el ácido cítrico.
En la dosis donde ocurre el daño, consideramos que la sustancia es un “tóxico”. Los ejemplos podrían ser arsénico o monóxido de carbono.
Por otro lado, una “toxina” ha sido producida por otro organismo (ejemplos podrían ser la toxina botulínica o la enterotoxina por Staphylococcus, que se relaciona en este caso con el lugar en el cuerpo donde la toxina tiene su efecto principal).
Un “veneno” es una sustancia tóxica producida por una serpiente o insecto como parte de su defensa o proceso digestivo, y a menudo describe la parte del sistema de la víctima afectada, por ejemplo, la neurotoxina de una cobra o la hemotoxina de una serpiente de cascabel.
El alcohol es un tóxico.