Aplicar calor Esto se puede hacer de varias maneras. Sin embargo, si elige hacerlo, el calor puede adormecer el dolor. ¡Solo ten cuidado de no quemarte!
- Sostenga un secador (en el ajuste bajo) a unas diez pulgadas de su oreja. El fluido en sus oídos se moverá más fácilmente cuando esté expuesto al cambio de temperatura.
- Remoje un paño en agua tibia, escúrralo y manténgalo presionado contra su oído durante 20 minutos. Repite si el dolor vuelve.
- Utilice la vieja ‘almohadilla térmica contra la oreja’ para un calentamiento continuo y fácil.