Existe un concepto erróneo común de que la vida temprana no podría existir porque necesitaría llevar tantos componentes que no funcionen o que funcionen parcialmente.
Si bien esto sería cierto hoy en día, se debe en gran parte a las presiones ambientales por formas de vida en competencia. En una hipotética vida temprana de la Tierra, sería posible que los organismos unicelulares desperdicien recursos, funcionen de forma menos perfecta, crezcan más lentamente, etc., en ausencia de una competencia fuerte.
La evolución favorece el mejor mecanismo, no el mejor. Por lo tanto, una protocelda temprana que alberga todo tipo de moléculas redundantes, no funcionales o sin sentido aún puede desarrollarse, siempre que ninguna de las moléculas intermedias sea dañina de ninguna manera. La presión real probablemente llegó más tarde, cuando las proteínas comenzaron a formarse y plegarse correctamente, a obtener funciones y a otorgar ventajas dentro del entorno. También parece probable que antes de las proteínas, el ARN fuera capaz de realizar algunas funciones rudimentarias, que muchos dirían que eran clave para los precursores de los procesos metabólicos. De hecho, todavía tenemos ribozimas hoy en día, lo que corroboraría que el ARN puede hacer más que solo interactuar con el ADN. La biogénesis es un tema fascinante, recomiendo leer sobre él.