Realmente no cambió mi vida. Me contó la respuesta a algunas preguntas, como por qué a mí me gusta, pero el resto del mundo es como es. Estaba en un estado constante de tratar de descubrir qué personas neurotípicas estaban pensando.
Las emociones siempre parecían una pérdida de tiempo y esfuerzo con el control que la persona les daba. Yo no era así, y por algún tiempo pensé, tal vez simplemente no soy como la mayoría de las mujeres.
Cuando finalmente terminé la fase de evaluación y me dijeron con qué estaba lidiando, era algo que en ese punto ya se había sospechado y se había eludido. Cuando era “oficial” por así decirlo, era un momento, eh. Me dio razones para aplicar a mis comportamientos, y me hizo interesarme aprender sobre lo que era. Así que lo hice extensivamente. Me proporcionó desafíos que podría enfrentar con un punto de vista diferente.
Cuando descubrí que era más de un, oh, está bien. Lo que sea. No tuvo un impacto profundo o cambió mis pensamientos. No cambió mi perspectiva, y no me tomé mucho tiempo para aprender sobre eso en ese entonces. Me lo explicaron, pero en realidad no me hizo sentarme y sintonizar. Pasó un buen rato hasta que surgió el interés en comprenderlo todo.
Realmente, mucho de lo que soy ahora no proviene del diagnóstico, proviene de la auto reflexión, observación y afilado de mis máscaras. Todas esas cosas empecé mucho antes de completar la primera burbuja en una prueba de personalidad.
