Los antiguos griegos y romanos conocían la inyección como un método que entregaría la medicina dentro del cuerpo humano. En 1656 , un científico llamado Chirstopher Wren realizó los primeros experimentos confirmados con agujas hipodérmicas brutas consistentes en vejigas de animales como jeringas y plumas de ganso como agujas.
En 1853, la primera jeringa hipodérmica práctica capaz de penetrar en la piel sin necesidad de una incisión previa, fue desarrollada por el cirujano francés Charles Gabreil Pravaz ( 1791-1853 ) que trabaja en Lyon, Francia, y el médico escocés Alexander Wood ( 1817-1884 ) .
La jeringa plateada de Pravaz consiste en un pistón con un ajuste de tornillo para medir la administración de niveles precisos de agentes coagulantes de la sangre mientras se tratan los aneurismas. Wood usó una jeringa de vidrio que le permitió ver visualmente el nivel de morfina en su tratamiento de los trastornos neurálgicos.
Por lo tanto, esta jeringa por primera vez permitió la administración intravenosa de anestesia. También ayudó a eliminar las transfusiones de sangre que solo fueron experimentales hasta 1853.
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