Los antidepresivos están diseñados para equilibrar el desequilibrio químico que se cree que causa depresión clínica.
Imagine un conjunto de escalas. Un lado representa la tristeza y el otro representa la felicidad. Los eventos negativos, las dudas, las personas tóxicas, los remordimientos, los pensamientos negativos, etc. agregan peso al lado de la tristeza. Y cuando tiene una tonelada de peso triste, va a necesitar más de unos pocos puntos positivos en el lado de la felicidad para equilibrarlo. Y aquí es donde los antidepresivos pueden ayudar.
Los antidepresivos ayudan a equilibrar esas escalas y te ponen de nuevo en igualdad de condiciones. Te sacan de la niebla en la que la depresión nos atrapa.
PERO no tienen control sobre los eventos externos y los estímulos. Si tienes amigos mezquinos que dicen cosas desagradables sobre ti, todavía te enojarás. Si está trabajando en un trabajo que odia, todavía odiará su trabajo, y esto probablemente lo deprimirá hasta cierto punto. Usted es responsable de su propia felicidad y es probable que haya cambios que pueda hacer para lograr esto. Los antidepresivos pueden ayudarlo a hacer estos cambios donde sin ellos esa motivación sería totalmente nula.
Ver a un psicólogo o similar es uno de los mejores tratamientos para la depresión. Hay muchas personas con antidepresivos que se beneficiarían más si visitaran a un psicólogo y descubrieran y resolvieran las causas de la depresión. La TCC (terapia cognitivo-conductual) combinada con antidepresivos puede ayudarlo a resolver realmente las cosas en su vida (y en su cabeza) y ayudarlo a superar su depresión.