La vacuna Bacillus Calmet-Guerin para la tuberculosis tiene una eficacia global de alrededor del 50%, y oscila entre el 20% y el 80% para varias subpoblaciones [1]. Pero esta vacuna es anterior a la FDA y fue protegida, en lugar de aprobada.
Las vacunas contra la gripe a menudo son de muy baja eficacia. Debido a que nuevas cepas de gripe surgen cada año, los fabricantes de vacunas tienen que adivinar con meses de anticipación a qué cepas se enfocarán las nuevas vacunas, y algunas veces adivinan mal. Las eficacias del 20% al 60% no son infrecuentes, particularmente en los ancianos, que tienden a presentar respuestas inmunes más débiles [2]. Sin embargo, definir la eficacia puede ser complicado, incluso aquellos que se enferman a pesar de ser vacunados a menudo tienen una enfermedad menos severa.
No hay una regla rígida sobre cuán eficaz debe ser una vacuna para ser aprobada. La aprobación se basa en la evidencia de un beneficio neto para la salud pública. La eficacia es un factor, la gravedad de la enfermedad, la incidencia de la enfermedad y el riesgo de eventos adversos son otros.
Las vacunas de baja eficacia como las vacunas contra la gripe se aprueban porque la influenza (la enfermedad real, no los resfríos que llamamos “la gripe”) es una enfermedad muy grave, especialmente para los ancianos, y porque el riesgo de efectos secundarios es casi nulo. Incluso con eficacias del 20%, las vacunas contra la gripe brindan un importante beneficio para la salud pública.
Notas a pie de página
[1] Efecto de la vacunación con BCG contra la infección por Mycobacterium tuberculosis en niños: revisión sistemática y metanálisis
[2] http://www.who.int/influenza_vac…
