La gente a menudo sugiere que el suicidio es el peor resultado para la depresión no tratada. Claro, el final de una vida prematuramente es trágico. Pero, ¿es más trágico que temer la existencia cotidiana, no encontrar placer en nada que uno haga o experimente, sentirse agotado y enfermo en cada momento de vigilia, evitar las relaciones como demasiado difíciles o porque has sido rechazado con demasiada frecuencia, preocupándote por tu salud incluso cuando preguntas cuál es el punto de estar vivo? Cada momento parece una prolongación del sufrimiento, pero sigues por alguna razón. Para la persona que termina su vida, todo se acabó. Son los sobrevivientes los que quedan para resolver las preguntas.
Así que postulo que el peor resultado es una vida desperdiciada de desesperación y abatimiento cuando se podría haber hecho mucho más, cuando se hubiera podido disfrutar más del mundo y de la vida, cuando tanta gente más podría haberse beneficiado de la existencia de esta persona.
La depresión a menudo se combina con la ansiedad, y podría, supongo, conducir a otros trastornos mentales. Ciertamente puede afectar la salud general, dañar el corazón y otros órganos a través del estrés no aliviado y la falta de cuidado personal, y se ha indicado en la demencia y posiblemente en el Alzheimer. Tampoco es inusual que aquellos que están deprimidos abusen de drogas y / o alcohol (especialmente hombres) y padezcan varias enfermedades de “estilo de vida”.
