¿Las compañías farmacéuticas tienen un desincentivo financiero para curar enfermedades en lugar de manejar los síntomas?

Como lo expresó Doyle Johnson, la respuesta es “sí” y “no”.

El incentivo financiero es una perspectiva condicional y situacional, y el paisaje puede ser bastante dinámico además de ser competitivo. Como empresas, estas empresas buscan principalmente ser rentables. A veces eso significará recortar las curas y, a veces, eso significará menoscabo mutuo, y en ocasiones eso significará menoscabo de enfermedades.

Algo a tener en cuenta es que la investigación de medicamentos y la disponibilidad de medicamentos son solo un componente de la industria de la salud en general. Lo que los científicos, médicos, políticos, instituciones y datos comercializables o eventos respaldan preferencias de tratamiento particulares puede influir significativamente en las prácticas de prescripción, independientemente del nivel de logro disponible en los productos farmacéuticos.

Y, además, la rentabilidad depende en gran medida de la capacidad de explotar la propiedad intelectual, un objeto imaginario que solo funciona cuando las personas se ven obligadas a obedecer la escasez artificial detrás de su filosofía. El hecho de que algo funcione bien no significa que sea rentable, y el hecho de que algo funcione terriblemente no significa que no pueda ser altamente rentable. Hay un costo para la aplicación, así como para encontrar formas de hacer que las sustancias, por lo demás ilimitadas, estén mucho menos disponibles.

Algunas de las sustancias más valoradas (consideradas útiles) son las que no se investigan o se producen de forma insuficiente porque producen beneficios inferiores y / o no se pueden patentar. Las compañías farmacéuticas a veces intentan crear ‘versiones’ patentables de tales medicamentos, pero los costos y riesgos involucrados en el desarrollo y el proceso de aprobación pueden hacer que sea más inteligente confiar en sustancias previamente investigadas o el continuo reajuste de los medicamentos de gran éxito existentes.

Entonces, las compañías farmacéuticas no están tratando de curarte, no. Ellos tampoco están tratando de mantenerte enfermo. Su objetivo es navegar por las corrientes y extraer ganancias. A veces pueden crear climas mucho más favorables para su propio emprendedor, y en ocasiones están sujetos a los caprichos de la cultura que van más allá de su capacidad de influir sustancialmente. Puedes confiar en ellos, no con tu salud, sino con los degenerados Moneygrubbers.