Las células cancerosas son consumidores voraces de glucosa; y la concentración de glucosa en el torrente sanguíneo permanece bajo control, es decir, las células cancerosas se ayudarán a sí mismas con toda la glucosa que deseen del torrente sanguíneo. En general, el nivel de glucosa en el torrente sanguíneo no se puede reducir sin efectos perjudiciales para los tejidos que se alimentan únicamente de glucosa (tejidos críticos como el cerebro y los glóbulos rojos).
El nivel de glucosa se puede reducir hasta cierto punto con una dieta cetogénica (dieta baja en carbohidratos). El nivel de glucosa también se puede reducir temporalmente con vitamina C, ácido alfa lipoico e insulina, un procedimiento que requiere supervisión experta.
En resumen: si tratas de privar de comida a las células cancerígenas, terminarás muriendo de hambre mucho antes de que muera cualquier célula cancerosa. El truco de las dietas para combatir el cáncer es alimentarse sin estimular el crecimiento tumoral (ejemplos son el Protocolo Gerson, la Dieta Budwig y el Protocolo Kelly). Estas dietas tienden a ser predominantemente veganas, bajas en grasas y evitan los picos de insulina causados por la ingesta de carbohidratos refinados (como el azúcar)
Si desea comenzar con la inmunoterapia, lea el material en el sitio de Gar Hildenbrand: alternativas de Gar Hildenbrand – descripción general
Aquí hay un resumen de un protocolo típico de lucha contra el cáncer basado en el método de Gerson: alternativas de Gar Hildenbrand – headstart
La información con respecto a la dieta Budwig se puede encontrar en estos libros:
Información auténtica mediante la curación del cáncer basada en sus trabajos originales en alemán