Varios grupos de biología sintética han intentado diseñar organismos cuya supervivencia depende de sustancias químicas que no se encuentran en la naturaleza, como aminoácidos o nucleótidos inusuales. Idealmente, estos organismos tendrían muchas de esas dependencias, como un gran conjunto de proteínas críticas que dependían de su traducción con aminoácidos que no se encuentran en la naturaleza.
Si al organismo no se le proporcionan vías para sintetizar los componentes inusuales, entonces constituyen un “interruptor de muerte”: solo si se suministran pueden el organismo crecer. Tal organismo podría resultar muy útil para la biorremediación, ya que el organismo podría ser aplicado a un sitio contaminado para eliminar el contaminante y una vez que el suministro de los aminoácidos críticos se agotara, el organismo moriría. Al tener muchas de estas dependencias, las probabilidades de que el organismo mute para sobrevivir se reducen a un riesgo infinitesimal.