Las estrategias sólidas de prevención y el uso táctico de las terapias elegidas son dos de las mejores formas de reducir la incidencia de “enfermedades mentales”.
La disponibilidad de información, la disponibilidad de opciones terapéuticas, entornos de tratamiento más constructivos y una mayor responsabilidad de los profesionales de la salud darían como resultado un tratamiento mucho más efectivo de los problemas de salud mental.
Un enfoque en combatir los mitos en salud mental y atención médica, concienciar sobre el sufrimiento personal y las implicaciones del sufrimiento en la existencia diaria, y darle a las personas la libertad de elegir caminos más apropiados de prevención y recuperación facilitaría la prevención, la eficacia del tratamiento y el éxito a largo plazo en reducir el sufrimiento mientras aumenta el funcionamiento.
Estaríamos mucho mejor si tuviéramos:
-Mejor información e información más fácilmente disponible.
– Configuraciones de tratamiento y opciones de tratamiento que no estaban basadas en modelos con fines de lucro.
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-Inversión cultural en bienestar personal.
-Más significativos niveles de responsabilidad profesional.
Los planes de tratamiento de talla única son lo peor que podemos hacer para tratar los problemas de salud mental a escala global. Culpando al paciente cuando nuestros métodos de tratamiento fallan es idiota. Desafortunadamente, estas dos cosas a menudo son pilares en el abordaje médico y gubernamental institucionalizado de la salud mental.
