La fatiga crónica y el estrés crónico están indudablemente relacionados, aunque, como con todas las cosas relacionadas con el estrés, la ciencia detrás de esta conexión no es clara. Sospecho que estás sufriendo de ambos y quizás no te des cuenta: estás mencionando episodios de estrés, pero sospecho que hay una fuente subyacente constante de estrés con la que no estás tratando y los episodios a los que te refieres solo agregan a esa carga general de estrés. Busque áreas en su vida donde el estrés subyacente tiende a aparecer como presión del tiempo, presión financiera, problemas de relación y problemas laborales o escolares.
Si estas fuentes de estrés están en curso, piense en cómo las abordaría primero. Por ejemplo, si siempre se apresura de un lugar a otro o siempre llega tarde a su destino o recibe tareas y trabajos realizados en el último minuto, piense en acumular tiempo adicional en su agenda para cosas que llevan más tiempo del que cree. Esto suena complicado, pero todo puede reducirse a llegar temprano y hacer las cosas antes de tiempo. Esos dos cambios solo pueden eliminar una gran carga de estrés.
Luego, puede pensar en mejorar sus habilidades de afrontamiento practicando mindfulness, yoga y pensamiento positivo. Hacer ejercicio regularmente, meditar y practicar el agradecimiento también puede ayudar. Si padece fatiga crónica, el consejo contraintuitivo de levantarse y hacer cualquier cosa que lo mueva, le devolverá energía a largo plazo.