La respuesta aquí es que depende del tipo de consumidor del que está hablando.
Una proporción significativamente mayor de individuos en la categoría de edad de 36 a 50 años, individuos con educación terciaria, individuos con un estado dietético especial y hogares con menos de cuatro miembros estaban dispuestos a leer las etiquetas nutricionales. El análisis mostró que el género, el nivel de educación y el estado dietético especial tienen un efecto positivo significativo y que el tamaño del hogar tiene un efecto negativo significativo sobre la disposición a pagar por la información nutricional.
En dieta y salud, ¿cuál es la conciencia de la relación entre dieta y enfermedades (cáncer, enfermedad cardíaca, presión arterial alta), (2) conocimiento de grasas y colesterol, (3) conocimiento de deficiencias dietéticas, (4) prácticas de manejo dietético y (5) uso e impacto de las etiquetas de los alimentos. En suplementos dietéticos, (1) prevalencia de uso, (2) fuentes de información y usos, (3) percepciones de suplementos dietéticos y sus etiquetas, (4) sustitución de suplementos dietéticos por medicamentos recetados o de venta libre, (5) experiencias adversas con suplementos dietéticos, y (6) uso de suplementos dietéticos por parte de niños y adolescentes.
La respuesta se reduce a qué tan motivado está el consumidor a buscar esta información y si entienden lo que están leyendo.