Sí.
Una espora bacteriana, incluida la de Clostridium botulinum, tiene una estructura definida, con una capa gruesa de esporas duras en el exterior, que es seca. El ADN y las enzimas necesarias para la germinación de las esporas se encuentran en el interior y están bien protegidos de los factores comunes que matan las células bacterianas.
Un buen ejemplo es la supervivencia de las esporas bacterianas, incluidas las esporas de Clostridium botulinum en la miel. Los bebés menores de dos años cuando ingieren miel, contaminados con esporas de Clostridium botulinum, pueden desarrollar botulismo infantil (los niños mayores de dos años y los adultos no son susceptibles).