No. “Fibra” se refiere a partes no digeribles de alimentos, generalmente celulosa y algunos polisacáridos no digeribles, que pasan a través del tracto digestivo sin descomponerse ni absorberse. El beneficio de la fibra es que la mayor parte mantiene la comida en movimiento (al darle algo al intestino para empujar) y previene el estreñimiento.
Los “alimentos fermentados” son alimentos que han sido parcialmente digeridos por microorganismos antes del consumo. La mayoría de las veces estos son alimentos cuyos azúcares han sido degradados por la levadura y tal vez por alcoholes descompuestos en acetobacter, pero también incluye productos lácteos que se han agriado por cultivos bacterianos como el yogur, el kéfir, etc.
Un alimento fermentable no tiene nada que ver con la cantidad de fibra presente, y la fermentación no descompone la cantidad de fibra (aunque puede aflojar los enlaces entre las fibras y hacer que los alimentos ricos en fibra sean más tiernos y fáciles de masticar).
Las bacterias en tu intestino en realidad fermentan algunos de los alimentos que comes. Tienden a reunirse en el intestino grueso, por lo que gran parte de la materia fermentable ya se ha ido en ese punto. Sin embargo, hay personas que tienen infecciones de levadura en sus entrañas y sufren lo que se llama el “síndrome de autobrondarización”, donde los azúcares se convierten en etanol y el que lo atosiga todo lo que comen algo con azúcar o almidón.