En términos generales, las personas que producen cálculos renales deben aumentar la ingesta de agua, disminuir la ingesta de sal (sodio) y limitar la ingesta de proteínas.
Dado que los cálculos renales pueden estar formados por una variedad de diferentes sales y minerales que están presentes en la sangre, es necesario estudiar de qué están hechas las piedras. Esto se logra estudiando las piedras, si es posible, y si no se pueden observar piedras, la cantidad de ciertos químicos en la sangre y la orina.
En la sangre es necesario medir el nivel de calcio, fósforo, ácido úrico y bicarbonato. Se necesitan estudios urinarios para medir el pH (qué tan ácida es la orina), la cantidad de orina producida en un día, creatinina, sodio, calcio, fosfato, oxalato y citrato. Muchas veces, las piedras son causadas por tener niveles de calcio que son demasiado altos (creando piedras de oxalato de calcio). Ingestamos calcio a través de nuestro intestino y, a veces, podemos ingerir demasiado, pero esta es una causa rara de altos niveles de calcio en la sangre, y el calcio generalmente proviene de algún otro lugar dentro de su cuerpo.
Intuitivamente, tendría sentido evitar ingerir calcio. Pero ese no es realmente el caso. Hay otro químico en nuestro intestino que se llama oxalato. El oxalato también se absorbe en el intestino y queremos limitar la cantidad de oxalato que aportan los intestinos. Para lograr eso, es importante ingerir una gran cantidad de calcio en la dieta porque el calcio atrapa el oxalato en el intestino y se pasa con las deposiciones. Si el calcio no está en su dieta, el oxalato se absorbe y llega a los riñones, donde puede crear cálculos.
Si medimos los niveles altos de oxalato en la orina, otra estrategia para reducir el oxalato es absorbido por el intestino evitando los alimentos ricos en oxalato. Los alimentos que tienen oxalato incluyen espinaca, remolacha, cacao en polvo y chocolate, pimientos, germen de trigo y frutas secas. Como se mencionó anteriormente, los alimentos con mucho calcio deben ser ingeridos. Estos incluyen alimentos como queso, nueces y semillas, especias como el comino y las hierbas secas.
Sin embargo, no todas las piedras están formadas por el cristal de oxalato cálcico, y algunas veces están formadas por una sal diferente llamada ácido úrico (la misma sustancia química que causa ataques de gota y erupciones). Si se mide mucho ácido úrico en la sangre y la orina, los niveles de ácido úrico se pueden reducir cambiando la dieta y tomando medicamentos. Hable con su médico sobre los medicamentos que debe tomar, pero en la dieta, debe evitar los alimentos con una clase de sustancias químicas llamada “purines”. Las purinas se encuentran en alimentos como mariscos, carne de res, riñones e hígado, espinacas, espárragos y champiñones, entre otros.
Otra estrategia para evitar la creación de cálculos en el riñón es consumir una gran cantidad de ácido cítrico. El ácido cítrico evita que las sales en la orina se conviertan en cristales. Los alimentos con mucho ácido cítrico son frutas como limones, limas, naranjas, fresas, pomelos y piñas.