Cada pregunta con respecto a qué tan buenos ciertos alimentos están en una dieta siempre recibirá la misma respuesta: Depende. Por ejemplo, una persona que intenta perder peso puede no ser consciente de que padece otras afecciones que le impiden vivir, como la intolerancia a la insulina o la enfermedad celíaca, que podrían hacer que la pasta no solo no sea adecuada para una dieta sino también peligrosa. La mejor opción siempre será probar y descubrir por qué el peso extra.
La pasta en general es muy densa en calorías y muy baja en otras cosas mucho más necesarias como vitaminas y minerales, por ejemplo. También tiene un alto índice glífico que causa un aumento en los niveles de azúcar e insulina en la sangre. Una dieta ideal debería ayudarnos a mantener niveles estables de azúcar e insulina, lo cual es clave para tener una vida saludable.
En pocas palabras, a menos que existan otras condiciones subyacentes, no está prohibido incluir la pasta en un plan de comidas, pero es una molestia hacerlo. Uno tiene que ser muy cuidadoso con el tamaño de las porciones y la frecuencia. En mi opinión personal, no vale la pena el problema.