Fue Paracelso quien afirmó: “Todas las cosas son veneno y nada es sin veneno, solo la dosis hace que una cosa no sea un veneno”. La dosis hace el veneno – Wikipedia Esta oración se puede aplicar directamente al azúcar refinado. Tenemos los pasos metabólicos para digerir el azúcar (insulina), pero si consumimos demasiada azúcar, nos enfermamos con diabetes, enfermedad de Alzheimer, osteoporosis, ataques cardíacos y derrames cerebrales.
Cuando observa la curva de consumo de azúcar durante 123 años, se da cuenta de que una persona en 1823 solo comía menos de 10 libras de azúcar por año en promedio. Pero en 2005 esto excedió 100 libras por año, al menos un aumento de diez veces. Tenemos un límite de la cantidad de insulina que podemos producir. También tenemos un límite de la cantidad de azúcar que podemos almacenar como glucógeno en nuestro hígado y en todos nuestros músculos. Cualquier consumo más allá de nuestro límite dará como resultado el almacenamiento de azúcar convertida como grasa. Esta es la verdadera razón de la ola de obesidad: el consumo excesivo de azúcar.
La solución es reducir nuestra ingesta de azúcar eliminando el azúcar refinado, los alimentos procesados (que contienen una gran cantidad de azúcar oculto) y eliminando los alimentos con almidón innecesarios (que se convierten en azúcar y grasa). En lugar de azúcar, use stevia, un edulcorante vegetal.