Es sencillo. Agregue al programa SNAP un requisito de que todos los destinatarios tomen clases de preparación básica de alimentos y nutrición para seguir recibiendo cupones de alimentos.
Vivo en Memphis, donde más del 70% de los bebés recién nacidos nacen de madres solteras. La mayoría de las veces, soy la única persona en la línea de pago que paga sus propios víveres y veo lo que otros compradores están comprando. En general, es comida chatarra alta en calorías, baja en proteínas y cargada de sodio, aunque ocasionalmente estoy sorprendida y encantada de ver a las mamás ya veces a los papás comprar fruta fresca, verduras y pollo con su asignación mensual.
Si se me permitiera rediseñar el programa, requeriría que los destinatarios aprendieran cosas bastante simples como preparar una lista de compras, presupuestar su asignación para cubrir las necesidades de sus familias durante un mes y seleccionar y preparar alimentos saludables. El costo de enseñar estas cosas sería más que compensado por los ahorros en Medicaid solo, sin mencionar la mejora inmediata en la educación y otros beneficios proporcionados por los contribuyentes, porque los niños saludables crecen en cuerpo, espíritu e inteligencia.
