Creo que el problema no es con la publicidad, el problema es con “Cuando los niños paladean esa cosa, el gusto se desarrolla, se lleva con el gusto de alguna manera y se vuelven adictos”.
Tomemos el ejemplo de la bebida fría, primero dejamos que los niños la prueben por diversión y poco a poco comienzan a exigir eso. Nosotros, sabiendo que es dañino, les permitimos tomar, con advertencia “solo esta vez”, pero esto sigue así siempre. Ahora comenzamos a quejarnos. ¡Las cosas salieron mal ese primer día, cuando les dejamos probar eso! Siempre es mejor tomar precauciones para tomar cura en el futuro. Lo que está mal, está mal, deténgalo en ese momento.
De esta forma se anuncian tantos productos de tabaco y tabaco, pero los niños nunca demandarán nada que no hayan probado, y si desean probarlo, puedes convencerlos, ¡eso es perjudicial!
Por lo tanto, más bien detener la publicidad o la venta, debemos informar a nuestros hijos sobre las repercusiones de tener comida chatarra. Desviarlos hacia la comida sana y desarrollar su gusto con diferentes recetas saludables.