La mama es esencialmente, en términos evolutivos, una glándula sudorípara modificada.
La mama contiene pequeños grupos de células especializadas llamadas “alvéolos” que transforman los nutrientes de la corriente sanguínea de la madre en TRES tipos diferentes de leche. La leche viaja a través de los conductos desde los alvéolos hasta el pezón.
La producción de leche está mediada por hormonas (prolactina y oxitocina). La producción de estas hormonas se estimula por el hecho de dar a luz por vía vaginal, y principalmente por el bebé que amamanta al pecho.
COLOSTRUM, la primera leche, se produce en pequeñas cantidades en los primeros 2 a 3 días después del nacimiento. Esto es normalmente todo el nutriente que el bebé necesita. El calostro es muy rico en proteínas y contiene una cantidad importante de anticuerpos que ayudarán a desarrollar sistemas digestivos e inmunológicos saludables en el bebé.
Al bebé se le debe permitir amamantar con mucha frecuencia en este momento, para beneficiarse del calostro y estimular la producción de leche. (Darle un chupete a un bebé recién nacido interferirá con la alimentación y la producción de leche).
Después de 48 a 72 horas de lactancia frecuente, la leche “entra”. A veces, el lavado inicial de la producción de leche puede parecer excesivo y las mamas perderán leche en respuesta al llanto del bebé. Pero esta fase se resuelve en pocas semanas, hasta que la leche se produce efectivamente a demanda, con el “reflejo de bajada” ( cuando la leche desciende de los alvéolos a los pezones) que ocurre en el momento en que el bebé comienza a alimentarse.
La leche materna se produce ahora como dos tipos diferentes de leche:
FOREMILK, que parece delgado, con un tinte azulado. Foremilk es la bebida del bebé, para saciar su sed.
A medida que el bebé continúa amamantando, después de unos minutos se produce HINDMILK. Hindmilk contiene más grasa y nutrientes de acuerdo con las necesidades del bebé. Debido a que la leche se produce de esta manera, el bebé amamantado debe alimentarse hasta la saciedad (hasta que esté satisfecho).
Para garantizar una lactancia exitosa, el bebé debe alimentarse a demanda, lo que estimulará la producción de leche en la cantidad y composición que necesita. La alimentación a un horario es menos deseable ya que interferirá con este proceso de ajuste constante.