Lo que comes tiene un efecto mucho mayor en tu cuerpo que lo que comes. Por ejemplo, comer alimentos de alta energía antes de acostarse, como muchos azúcares y carbohidratos digeridos rápidamente, puede interferir fácilmente con el sueño y causar una noche de inquietud.
Los alimentos que reconstruyen el cuerpo y suministran aminoácidos, vitaminas y minerales, como pescado y verduras, pueden promover el sueño. Sin embargo, la carne roja es difícil de digerir y puede hacer que tu estómago trabaje duro por la noche.
Algunos alimentos actúan como diuréticos. El apio y los melones pueden ayudarlo a ir al baño y evitar un sueño reparador. Las bebidas estimulantes que contienen azúcar y cafeína tampoco son buenas y deben evitarse antes de acostarse.