La falta de comida es un gran impulsor de la evolución. Los buscadores de alimentos más eficientes y efectivos sobreviven mejor que aquellos que mueren de hambre.
La hambruna también impulsa la migración, que separa las especies en grupos desconectados, que evolucionan de forma diferente entre sí a lo largo del tiempo. Así es como la humanidad evolucionó en distintas razas.
La falta de alimentos también hará que las especies coman alternativas y luego se adapten a los nuevos paradigmas.