Los biólogos estructurales son súper inteligentes. Generalmente los pongo en la cima de la jerarquía de inteligencia de los biólogos.
En general, es una habilidad deseable poder hacer argumentos que agitan la mano. Las personas que no pueden salir de las malas hierbas y presentan una descripción de alto nivel de los legos de lo que le hacen a otras personas tendrán dificultades para enseñar conceptos y ganar subvenciones. Lo mismo puede decirse acerca de los físicos cuánticos. En general, es bueno poder hacer analogías significativas entre los fenómenos cuánticos y clásicos a fin de comunicar conceptos significativos. Explicar los fenómenos usando una cantidad impía de ecuaciones no es práctico.
Los biólogos estructurales recurren a los argumentos de la mano en general porque los conceptos detrás de lo que hacen son demasiado difíciles de explicar en una diapositiva. No es práctico decir que integró el hamiltoniano de todos los estados posibles cuando podía simplemente agitar las manos y decir “¡hay más energía!” Y comunicaba exactamente la misma información a las personas.
Los biólogos moleculares también lo hacen a menudo. En lugar de sumergirse en un Western Blot y describir las condiciones exactas requeridas para obtener cada resultado, simplemente dibujan un modelo de dibujos animados gigante de lo que están mirando y luego hacen una afirmación de su escenario.
En general, los científicos siempre deben aprender a mover la mano. Demasiadas agitaciones manuales pueden dar lugar a una comunicación imprecisa de la información, pero no lo suficiente como para agitar las manos también confundirá a todos.