La única diferencia que tendrá (a menos que sea una de esas personas a las que se debe lástima porque solo comen carnes procesadas, que se muele y se reconstituye) es en el momento en que su carne tuvo que entrar en rigor mortis y volver a salir.
El músculo fresco es mucho más denso que el músculo envejecido, por lo que notará algunas diferencias en la textura y el sabor, pero una vez que se mastica y se ingiere, tendrá aproximadamente la misma composición y la misma cantidad de sustancias químicas en su cuerpo.
Tendrás que lidiar con bacterias naturales en la superficie de la carne de caza silvestre si no la estás cocinando adecuadamente y con los sospechosos habituales de parásitos y criaturas transmitidas por la sangre, pero en general tu estómago debería manejarlos bien para el el tiempo que toma para no perderse en el bosque 🙂