Te llenas por el volumen de comida. Te sacias por las calorías.
Por ejemplo, puedes comer una tonelada de repollo y estar lleno, pero aún así consumir muchas menos calorías que una porción regular de carne que no te hará sentir tan lleno.
Del mismo modo, puedes bajar dos o tres PowerBars en sucesión y todavía no sentirte lleno a pesar de las toneladas de calorías que contiene.
Sin embargo, consuma esos PowerBars con la suficiente lentitud, y su cuerpo le dirá: “oh, caramba, eso es mucha azúcar” y le hará dejar de comer, incluso si todavía no se siente satisfecho.