- Carnes: carne de res, pollo, pescado, cerdo, cordero, etc. Trate de evitar las carnes de proceso como algunos jamones y salamis que contienen azúcar (aunque no todos)
- Huevos: come todo lo que quieras. El mito que relaciona el colesterol en la dieta con el colesterol en la sangre (y eso, a su vez, con la enfermedad cardiovascular) ha sido desacreditado en gran parte.
- Productos lácteos: la leche tiene lactosa, pero el queso y la crema lo son mucho menos. La mantequilla es ideal.
- Verduras: el más verde y más frondoso, mejor. Evite los vegetales con almidón como las papas, los frijoles, etc. Los tomates, a pesar de ser una fruta, tienen muy poca azúcar (de ahí su falta de dulzura) y están bien.
- Nueces: pacanas, nueces de Brasil, nueces con moderación. Intenta evitar las almendras y los cacahuetes. Evita los anacardos a toda costa.
No temas a las grasas La grasa es saciante y proporciona la energía que necesita. Si no comes en exceso (léase: come despacio y deja de comer cuando ya no estés hambriento), naturalmente no consumirás demasiadas calorías, incluso a partir de la grasa.